Casa Pentimento, Quito-Ecuador, José María Sáez + David Barragán
Macetas portantes
Un jardín, una cliente sin miedos. Una arquitectura que se desnuda
para conectarse con su entorno. Construida con una sola pieza
prefabricada de hormigón, que puede situarse en el montaje en
cuatro posiciones, y que resuelve estructura, cerramiento,
mobiliario, escaleras, incluso una fachada jardín que es el origen
del proyecto. Por fuera es una retícula neutra que se camufla de
valla o de seto. Al interior, cada muro es distinto y se ajusta a
sus necesidades de escala, función, posición, etc.
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Una plataforma de hormigón que sirve como cimentación superficial
amolda su forma a la del terreno, quebrándose con el fuerte
desnivel, esquivando los árboles o incorporándolos. Sobre la
plataforma se levanta el sistema de prefabricados. Las piezas se
insertan en varillas de acero ancladas con pegamento epóxico a la
plataforma. Estas varillas y los elementos de traba entre las piezas
generan una estructura apretada de pequeñas columnas y dinteles, muy
apropiada a la sismicidad de la zona.
Los intersticios entre
prefabricados se dejan abiertos en algunos puntos y se cierran en
otros con acrílico transparente o translucido y con tiras de madera,
convirtiéndose en filtros de vegetación y de luz. Estas mismas
rendijas al interior son soporte de piezas de madera que se
convierten estanterías, asientos, mesas y escalones.
La casa prescinde lo posible
de acabados. La losa de cimentación se funde con pigmento negro y
endurecedor para que se convierta en el piso terminado final. Los
prefabricados de hormigón quedan visto tanto al exterior como al
interior, suavizando su dureza la madera interior y la vegetación
siempre presente. En el piso superior el mirador abierto se despoja
de cualquier elemento secundario; permitiendo el paso del aire y la
luz, encuadrando las vistas de las montañas lejanas, se concentra en
su papel de relacionar al usuario con su entorno. |
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La bendición del bajo
presupuesto Economía,
sencillez y claridad. Obligados a encontrar la respuesta en las
condiciones del encargo, la limitación económica nos conduce
felizmente en esa dirección: despojar de lo accesorio, buscar la
intensidad por reducción, simplificar los procesos constructivos.
Trabajar con la luz, la naturaleza, el clima templado, los
materiales disponibles de forma directa. Pocos materiales, claridad
para su empleo. Austeridad
liberadora, que permita el goce, lo sensorial, la conexión con la
naturaleza. Arquitectura de síntesis, que se sostenga en un número
reducido de leyes propias. Una sola pieza, una sola acción
constructiva de apilar. Una arquitectura diluida en la naturaleza,
que hacia el exterior es prolongación vertical del jardín y hacia el
interior es mobiliario. Un muro en el que convergen el entorno y el
usuario |
Ficha técnica
Casa Pentimento:
Premio Nacional de Diseño Arquitectónico en la XV Bienal
Panamericana de Arquitectura Quito 2006
Propietaria: Desireé Marín
Localización: La Morita, Tumbaco, Quito-Ecuador
Arquitectos:
José María Sáez,
David Barragán
Colaboración: Alejandra Andrade
Construcción: Jaime Quinga
Prefabricados: Héctor Sánchez
Ingeniería: César Izurieta
Fotografía: Raed Gindeya, Raúl Yépez, Jose María Sáez
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Imágenes gentileza >
José María Sáez
+ David Barragán
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