Buenos Aires / Argentina |
Innovaciones elásticas / Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste [30/03/08] |
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"New City Concept", 2008, por Peter Frankfurt, Greg Lynn y Alex McDowell |
Design and the Elastic Mind en el MoMA > Exhibición online / Imágenes > newyorkannie - Flickr / designws.com / Wallpaper* |
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Mediante de la exposición de más de doscientos objetos, instalaciones y conceptos a través de los que explorar cómo se concreta en el presente la reciprocidad entre ciencia y diseño, Design and the Elastic Mind es la formulación de una definición del concepto de diseño y la afirmación del papel del diseñador como una especie de aedo en nuestra cultura. Visionarios; catalizadores del progreso; mediadores entre la realidad de un tiempo y la esencia del futuro; especie de intérprete poético y pragmático en este tiempo hiperdinámico de revolución, Paola Antonelli, comisaria de la muestra y actual responsable del Departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA, define a los diseñadores como "aquéllos situados entre las revoluciones y la vida cotidiana, dando vida y voz a los objetos y manifestando nuestras aspiraciones y visiones para el futuro -incluso aquéllas que todavía no sabemos que poseemos", y añade: "La exposición muestra ejemplos actuales de traducciones al diseño de innovaciones científicas y tecnológicas subversivas y reflexiona sobre cómo la figura del diseñador ha evolucionado de creador de forma a intérprete fundamental de esta extraordinariamente dinámica realidad". Parámetros de realidad. El desarrollo tecnológico de los últimos veinticinco años ha definido nuevos parámetros de realidad que inciden en la construcción física y psíquica de los individuos contemporáneos: las diferentes dimensiones que integran nuestra sensación de existencia y presencia han sufrido transformaciones decisivas a partir de la incorporación dentro de nuestras rutinas cotidianas del ordenador como herramienta de trabajo y comunicación, de Internet, las tecnologías wireless. Design and the Elastic Mind trata de afirmar cómo, en este contexto, el diseñador se erige como un individuo que maneja con superioridad la tecnología del presente y que está dotado de capacidad para reaccionar, absorber y traducir el desarrollo que se produce en los territorios más avanzados de la investigación científica y tecnológica. En palabras de Hugh Aldersey-Williams: "Para muchos diseñadores, ya no es sólo necesario satisfacer las demandas de los clientes comerciales. Quieren que su arte sea algo más que útil. A través de proyectos críticos o polémicos, señalan su disposición para interpretar un papel más transformador en la sociedad". Así, los ámbitos que abarca y en los que podría penetrar el diseño prolongarían hasta el infinito el espectro potencial de nuevos artefactos que el diseño hibridado en lo científico-tecnológico podría brindar al individuo corriente, logrando imbuirse de una cualidad indispensable y que le otorgue un sentido plena y activamente contemporáneo: lograr hacer que personas y objetos sean más "elásticos". Esta idea de "elasticidad" (que supera la condición ancestral de "adaptabilidad" a las condiciones del medio en que se habita) significa que tanto personas como objetos están imbuidos de la capacidad de captar el progreso y apropiarse de él, adaptarse a la velocidad con la que el desarrollo tecnológico actual impone cambios sobre los objetos y los individuos sin que para los últimos estas transformaciones supongan la perturbación o alteración de sus propios objetivos y ritmos vitales. En escala. La exposición progresa de la pequeña a la gran escala, iniciándose con una selección de experimentos científicos con nanoestructuras y trabajos de diseño, explorando el potencial de la nanofísica y la bioingeniería. La segunda sección analiza la escala humana, presentando una serie de prototipos y conceptos que plantean modos de interacción con objetos y personas. La última presenta proyectos que muestran cómo los diseñadores afrontan la reflexión e intervención sobre fenómenos a gran escala (ciudad, Internet, el planeta, el universo). Cada sección se multiplica en diferentes categorías, donde se integran proyectos de diseño industrial vinculables a la experimentación en campos como la genética, la robótica, la biología, la física, la astronomía, la neurología o la bioingeniería, demasiados de los cuales, sin embargo, pese a sus credenciales como trabajos de prestigiosos centros académicos internacionales, no logran trascender -tras la segunda mirada inquisitiva- la categoría de artefacto curioso. Pocos de ellos suponen la señal de las necesarias rupturas con conceptos de la realidad social, material y psíquica que es preciso -y posible- redimensionar al inicio del siglo XXI. Reflexionar sobre los efectos que los cambios y mutaciones tecnológicas producen sobre los procesos de diseño, desde lo profundo de su concepción y la estructura mental de la que surge, es una tarea indispensable. Y lograr que esta reflexión se divulgue es la tarea del museo. La voluntad de Design and the Elastic Mind es mostrar cómo la tecnología y la ciencia han devenido indispensables, pero también instigar la especulación creativa. "El objeto de diseño no debe ser comprendido como objeto, sino como un escenario de un proceso de pensamiento", explica Antonelli; no obstante, el punto vulnerable de esta exposición es la tendencia a caer en la búsqueda de espectáculo y espectacularidad. En su sublimación casi holística del diseño, Paola Antonelli parte de una actitud intelectual honesta, pero la exposición carece de una visión ideológicamente posicionada, dando pie a una suerte de "todo vale" que convierte lo que a priori debiera ser un ejercicio de reflexión en un wunderkammer o feria de ciencias. Cuando se advierte que el cuerpo de la exposición es básicamente esto, se torna difícil distinguir cuáles son los conceptos y desarrollos de procesos complejos, aquéllos en los que se plantea una innovación o una aplicación que indague en la búsqueda contemporánea de la esencialidad de lo tecnológico, de los que carecen de cualquier profundidad. Entre el I-Pod y la Wii. Los visitantes podrían definirse como turistas tecnófilos infatuados con la estética Apple-Store / Nintendo Wii. De esta manera, se malgasta una oportunidad de reflexionar en profundidad sobre un tema que no debe frivolizarse más de la cuenta pero que se compensa en la lucidez escéptica de las aproximaciones de los ensayos del catálogo, donde emergen las contradicciones y se esboza la posibilidad de abrir un debate que se contrapone con el espíritu optimista y de certezas del discurso de Antonelli, que poco vale cuando se trata de explicar lo que está pasando hoy y la compleja idea transtemporal de la tecnología y la contemporaneidad
Fredy Massad y Alicia Guerrero Yeste Publicado en el suplemento cultural de ABC.es
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A. Arcuri
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